Cinco Oportunidades Empresariales de Cara al Nuevo Gobierno

29.11.2018

En los últimos días he tenido la posibilidad de conversar con algunos empresarios que se encuentran preocupados por la situación que se viene con el nuevo gobierno. De estas charlas he logrado detectar 3 asuntos que les aquejan reiteradamente: 1) cómo vincularse con el gobierno entrante, 2) cómo explorar nuevos mercados en este contexto complejo y cambiante, y 3) cómo ejercer un contrapeso efectivo en caso de que las decisiones tomadas no lleven al país por el rumbo deseado.

Está entendido que las decisiones del gobierno impactarán definitivamente en la esfera privada, no obstante, verlo de manera general y con el tratamiento actual de los medios de comunicación y sociales, no nos está ayudando a ver fríamente las posibilidades que también pueden presentarse en este escenario. En este contexto, me dediqué a reflexionar sobre algunas oportunidades que pueden apoyar a hacerle frente a esta coyuntura.

1. Incorporar la disciplina de políticas públicas a la visión de negocio. El enfoque de política pública ha sido poco utilizado por los empresarios, por su naturaleza y origen; no obstante, sería de gran beneficio en este momento, la razón es simple: lo problemas públicos son incontables y el gobierno no cuenta con los recursos necesarios para hacerles frente.

Encontrar soluciones a problemas públicos no atendidos o que estarán afuera de la agenda factible de la administración que inicia, puede traer grandes oportunidades de negocio y colaboración con el nuevo gobierno. Existen muchas fuentes para detectar estos problemas, como índices, datos estadísticos, estudios de organismos internacionales; pero lo más importante es contar con la sensibilidad para poder detectarlos, para esto último, puede ayudar un experto en política pública o asuntos públicos.

2. Identificar necesidades de desarrollo comprometidas a nivel internacional. En los últimos años mucho se ha comentado sobre el compromiso a nivel mundial del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), no obstante, muy poco se ha realizado en ese campo, por lo menos así parece por la información disponible de manera concentrada y ordenada.

Identificar modelos de vinculación basados en el cumplimiento de los ODS puede ser también un motivo potente para lograr una vinculación benéfica con el gobierno, a la vez de integrar una visión social a la empresa que impactará en un incremento en la reputación y resultados económicos. Existen fuentes internacionales como www.un.org; nacionales como https://agenda2030.mx/#/home o locales en cada página de los gobiernos estatales y municipales, para poder valorar el avance y oportunidades en este sentido.

3. Apoyar en construir los habilitadores esenciales del país. En México existen necesidades de infraestructura que por restricciones económicas en el gobierno no podrán lograrse, esto constituirá un ancla en el desarrollo del país, independientemente de quién se siente en la silla presidencial. Por ejemplo, la inacabada estructura de conectividad, la insuficiente infraestructura de comunicaciones, la poca generación de innovación y patentes, el pendiente acceso universal a servicios básicos, por citar algunos, son temas que sin su concreción el país no puede despegar.

En sentido de lo anterior, descubrir y trabajar en proyectos vinculados con la infraestructura física, tecnológica, científica y de acceso a recursos para el emprendimiento, por mencionar algunas, pueden generar una explosión de desarrollo que no puede ser adversa para ningún político. Puntualmente, dado que las propuestas de esta magnitud requieren de grandes recursos, se pueden encontrar grandes posibilidades de construir asociaciones público-privada con interesantes rendimientos futuros y un gran impacto en el país.

4. Organizarse para crear una visión de largo plazo. Cuando veo el potencial del empresariado mexicano, no deja de sorprenderme la actitud que algunos sectores han tomado en estos días, sobre todo porque, sin quererlo, están entrado al juego perverso de reafirmar un presidencialismo todopoderoso que no tiene cabida en el México moderno.

Los empresarios mexicanos son el motor del país, sus acciones han influido y seguirán influyendo en el crecimiento nacional. Su visión refleja, más aún que el gobierno, las necesidades y el interés de la sociedad, porque paradójicamente, el empresario y no el gobernante es el que vive día a día en contacto con la gente.

Si el gobierno bien puede tener el poder político e institucional, los empresarios tienen el poder económico, científico, tecnológico, en fin, muchos más. En este tenor, sería necesario romper los silos y promover una visión de trabajo conjunto por parte del sector privado en torno a un proyecto de interés colectivo, que establezca las líneas de desarrollo del país con una visión de largo plazo, con espíritu de largo aliento, un proyecto que emerja desde la sociedad y no de los políticos (que acaban ajustando las necesidades del país a su visión), que dé pertenencia y confianza social, irrenunciable para todos y no negociable con el paso del tiempo ni con la ideología política en el poder.

5. No dar pie a la crítica. Criticar, señalar y exigir al nuevo gobierno es un derecho ciudadano, no hay duda, sin embargo, lo mejor siempre es poner el ejemplo y no caer en aquello que se estima como malo o arcaico, de tal forma que si las decisiones económicas que está tomando el gobierno no se estiman adecuadas, tome pues el empresariado las decisiones informadas y estratégicas que se requieren; si la corrupción no se acaba, renúnciese entonces a cualquier actitud que no sea la intachable y honesta.

La crítica vendrá mejor y tendrá mayor impacto si se acompaña de un espíritu magnánimo. La legalidad (incluida la correcta tributación), la transparencia, la equidad, la responsabilidad laboral, el compromiso social y el reparto justo de la riqueza dejarían sin elementos a cualquier gobierno que quiera arremeter ante un sector que está haciendo las cosas como se deben.

Finalmente, quisiera dejar un mensaje de esperanza pero también de alerta para el sector, una sola persona o un grupo de ellas no puede arruinar a nuestra gran nación, México es más que una masa influenciable y débil, por el contrario es un país de gente fuerte e inteligente, por lo que será crucial no vivir en el ambiente tóxico de la queja o la alarma, sino pensar más, actuar más, presionar más; y por supuesto, no tomar parte de encomiendas que vaya en perjuicio de muchos por el beneficio de unos cuantos. 

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